Erendira abrió los ojos como todas las mañanas, la campana del templo daba la última llamada a misa de seis y la lluvia repiqueteaba insistentemente sobre las tejas. La cama de la Tata estaba vacía, con las cobijas bien estiradas y el almohadón de grandes flores rojas apoyado en la cabecera.
Al pisar los ladrillos con los pies descalzos sintió un pequeño escalofrío, estaban húmedos porque el temporal de lluvias ya duraba demasiado y los pocos momentos en que salía el sol no bastaban para que se secaran. Se dirigió a la cocina, la que con el diminuto cuarto de baño completaban toda la casa.
Vivian en una casita a la salida del pueblo, Jerónimo, el abuelo, la había construido poco a poco, ladrillo tras ladrillo durante los domingos que no salía con la barca de pesca. Cuando murió, la Tata había metido el catre de Erendira a la habitación.
____mira mijita, desde ahora tu dormirás en la cama grande y yo aquí en la tuya, la otra ya no la caliento yo sola…
Le gustaba aquella cama, con la cabecera y los pies de metal dorado con unas bolas grandes en las esquinas y una tela metálica que sujetaba el colchón y ronroneaba cada vez que se daba una vuelta al dormir.
Doña Guadalupe, la Tata, era del norte, se la trajeron sus padres muy chiquita y se quedaron a vivir a orillas del Lago, pusieron una tienda donde se vendía de todo, desde jitomates hasta clavos y no tuvo más hermanos. Al crecer, se casó con Jerónimo que tenía una barca y trabajaba en la pesca, tuvieron dos hijos, Jerónimo y Rosa. Al muchacho nunca le gustó el pueblo, en cuanto cumplió dieciocho años se fue para el norte y se pasó a los Estados Unidos… después de un tiempo no volvieron a saber de él.
Rosa se quedó con sus padres, les ayudaba en la tienda, era bonita, alta, de ojos claros…herencia de la madre y un día salió embarazada, nunca quiso decir de quien….pero muchos la habían visto por la rivera acompañada del gringo que tenía un remolque y que desapareció de repente.
Los tiempos no eran buenos…el Lago estaba secándose… las aguas estaban cada vez más contaminadas, los peces empezaron a aparecer muertos en las orillas… las barcas volvían vacías y lo que lograban pescar había que tirarlo… A Jerónimo le dio por beber, no salía de la cantina perdió la barca y después hubo que vender la tienda.
Cuando Rosa dio a luz una niña, se apagó como vela y doña Guadalupe tuvo que ir a sacar al marido de su borrachera para que la acompañara al entierro. Con el dinero de la venta de la casa de sus padres y unos cuantos muebles se cambiaron a la casita de las orillas, allí creció Erendira junto a los abuelos hasta que una noche trajeron a Jerónimo tan mal que a los dos días ya estaba haciéndole compañía a su hija en el cementerio y la Tata se quedó sola con la pequeña.
No habían tenido mala vida, doña Guadalupe, que cosía y bordaba con “manos de ángel” según decían las comadres del pueblo, siempre tenia trabajo. En la Cooperativa le compraban todos sus bordados y no le faltaban los encargos de vestidos en bodas, bautizos y primeras comuniones.
Los manteles y ornamentos de la Iglesia salían de sus manos y en ocasión de una visita del Sr. Obispo a la Parroquia, los alabó tanto, que se vio obligada a regalarle un mantel para el altar de su Capilla, recibiendo a cambio un hermoso rosario de plata, bendito, que ella colgó en la cabecera de su cama y el cual mostraba orgullosa a las visitas añadiendo que:
___Ya tengo dispuesto que me entierren con èl en las manos ¡ ___pensando quizá, que nadie le iba a poder negar la entrada al Cielo con semejante tarjeta de presentación.
Había prendido el fogón y ya estaba la leche caliente, la Tata traería el pan cuando saliera de la Iglesia, miró el reloj de encima del armario…las siete y media… ya se estaba tardando… se asomó a la puerta y la vio en la esquina hablando animadamente con dos de las vecinas sin tomar en cuenta que la llovizna que seguía cayendo le estaba empapando el rebozo.
___Tata! Tata!... pos no ve que se está mojando?
Doña Guadalupe se volvió
___! Ya voy mijita, ya voy…!
Se despidió apresuradamente de las dos mujeres y con la bolsa de pan en la mano caminó rápidamente hasta la casa.
___Si que está buena esta lloviznita…traigo los zapatos y las medias bien mojados…
___Y luego?... a ver…que hacía astè en la esquina, en el chisme y mojándose…?
___Como que “astè” ¿…Hágame el favor de hablar bien, niña, ya le he dicho que “USTED” (recalcando la palabra) fue a la escuela para aprender a decir bien las cosas.
___”posss”… pues, es que se me pega… aquí todo el mundo habla así.
___Usted no es todo el mundo…!anda, anda ¡sirva el desayuno mientras me cambio, no sea que me pegue un catarro.
Mas tarde, con las labores terminadas abuela y nieta, sentadas al lado del fuego con la costura en las manos hablaban comentando el día.
___Y que tanto le decían esta mañana la Remigia y la Chole que no le importó mojarse?
___Algo raro, mijita, ¿te acuerdas del hijo de doña Chole…el que se fue para los Estados Unidos?
___Casi no Tata, estaba yo muy chiquita…
___Pues figúrate que ha recibido una carta de él, donde le dice que va a venir y le pregunta si yo aun vivía y si estaba en el pueblo.
___Y a santo de que Tata?
___Eso es lo que se me hace raro… le envía una dirección para que le conteste y se lo diga porque diz que le urge saberlo…claro que doña Chole me preguntó si no me importaba que le dijera y ya le dije que no, que se lo diga y ya sabremos para que es.
___Y no será mi tío Jerónimo, su hijo de usted que la anda buscando?
Los ancianos ojos se llenaron de lágrimas…hacía mas de veinte años que no sabía nada del hijo aunque todas las noches le recordaba mientras le rezaba un rosario, vivo o muerto.
___No creo, mijita…ha pasado tantísimo tiempo…
Se negaba a la esperanza para no abrir de nuevo la herida que seguía doliendo.
___Ya Tata, ya ¡ no se ponga triste porque acabamos las dos llorando! voy a preparar un chocolatito para cenar…quiere?
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Empezaba Octubre cuando una mañana saliendo de misa hubo revuelo entre las comadres.
___ Y la Chole? no ha venido… estará enferma?
____No, que va!, está en su casa preparando, porque diz que su hijo Enrique llega hoy de los Estados Unidos.
____Le llegó una carta ayer en el correo.
____Ha de estar retecontenta ¡
____Pos seguro… tantísimo tiempo…
Doña Guadalupe sintió que le latía más deprisa el corazón.
____Y viene solo? ____ se atrevió a preguntar
____Pos sabe….¿ por que?
____No, digo yo, que a lo mejor trae mujer…hijos…sería normal no?
____No…pos eso si… pero sabe… la Chole no ha dicho nada.
Cuando llegó a su casa, Erendira se le quedó mirando fijamente hasta que doña Guadalupe levantó la vista.
____A ver Tata, que trae? Ya le dijeron lo del Enrique?
____Si, y me alegro mucho por Chole, era justo…ha llorado mucho la pobre mujer por ese hijo y desde que enterró a su marido, que en gloria esté, andaba bien sola.
____Pues igual que usted Tata…
____No mijita…como cree? yo la tengo a usted y …..! Bueno basta! ya calentó la leche?,____ se enjugaba una lágrima con el rebozo.
____Ya está lista… pero… se le olvidó el pan …
____!Ay mijita, que memoria la mía…!____y es que había salido corriendo para que nadie notara la envidia dolorosa que le apretaba la garganta.
____No le hace, ahoritita preparo unas quesadillas, quiere?
Se sentaron a coser como todas las tardes. Doña Guadalupe mas callada que otros días…Erendira, seria y nerviosa, habían pasado toda la mañana pendientes pero nadie había llegado al pueblo.
Unos golpes en la puerta las hicieron volver la cabeza pero ninguna se atrevía a levantarse para ir a abrir… Volvieron a tocar…
___Quien será Tata ?
___Ábrale mija…!
Despacio se acerco y abrió la puerta… en el vano se recortó una figura maciza y Doña Guadalupe ahogó un grito.
____Jerónimo!...
Saltó como un resorte y se abrazó a la figura que estaba en la puerta. Sus cansados ojos solo pudieron distinguir la cara de Enrique el de Doña Chole que le extendió una pequeña urna que ella abrazo amorosamente para luego desplomarse en el suelo, tenía los ojos fijos y una sonrisa de felicidad se le extendía por la cara.
Todo el pueblo estaba en el pequeño cementerio, Doña Guadalupe descansaba placidamente abrazada a ese hijo que había vuelto para quedarse con ella para siempre.
El Señor cura consolaba a Erendira que llorosa repetía…
___el la dejó tantos años…yo era la que estaba con ella! por que vino a llevársela, si era mi Tata?.
ESP